martes, 13 de noviembre de 2007

Recordando la Masacre de Viejo Velasco Suárez V

13 de noviembre de 2008

■ La agresión, en complicidad con los gobiernos estatal y federal, recordó Frecuencia Libre

A dos años, permanece impune la matanza de indígenas en Viejo Velasco, Montes Azules

Hermann Bellinghausen
Al cumplirse dos años de la matanza de indígenas de la hoy desaparecida comunidad Viejo Velasco Suárez, en el norte de Montes Azules, Chiapas, permanecen impunes y mal investigadas las muertes de seis personas y la desaparición de dos más que, según los indicios disponibles también habrían fallecido.
El 13 de noviembre de 2006, entre 200 y 300 comuneros de Nueva Palestina, parte de la llamada comunidad lacandona, cobijados por la policía estatal (algunos agresores vestían uniformes policiacos) atacaron a tiros y machetazos a los pobladores tzeltales de Viejo Velasco. La intención explícita de aquel operativo paramilitar era expulsar a las familias del asentamiento. Lo lograron.
Diversos organismos civiles nacionales e internacionales han documentado que la agresión “contó con la complicidad de los gobiernos estatal y federal”, como sintetizó este miércoles desde San Cristóbal de las Casas la emisión radial J’natik, nuestra casa: ecología política y cultura (Frecuencia Libre, 99.1 FM) al rememorar la “masacre impune en la selva”.
Como lo ha registrado este diario, durante el ataque fallecieron cuatro personas: Filemón Benítez Pérez, 20 años; Antonio Mayor Benítez Pérez, 30 años, y María Núñez González, 32 años, quien antes fue violada por los atacantes). Cuatro más, hombres mayores, desaparecieron: Pedro Núñez Pérez, Mariano Pérez Guzmán, Miguel Moreno Montejo, y Juan (o Antonio) Peñate. Las autoridades sugierieron en ese entonces que los desaparecidos “se habían ido a trabajar al norte”. Ello, a pesar de testimonios en contrario de los sobrevivientes. Una mujer, secuestrada por los atacantes y luego liberada, aseguró haber escuchado cuando asesinaban a balazos a su padre y su hermano.
Insisten en negar prueba contundente del ataque
La ligereza oficial encontró su desmentido el 6 de julio de 2007 tras el hallazgo de dos osamentas en las inmediaciones de Viejo Velasco. Según declaró el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (CDHFBC), aquello significaba “una prueba contundente del ataque” (que como tal ha sido siempre negado en las versiones oficiales, para las que fue sólo un “enfrentamiento” por “problemas de tierra”).
Ocurrida en las postrimerías del foxismo y del sexenio del gobernador Pablo Salazar Mendiguchía, la matanza culminaba una política de desalojos en Montes Azules promovida por las secretarías de Medio Ambiente (Semarnat) y Reforma Agraria (SRA). El desgano oficial para investigar apenas alcanzó para acusar y encarcelar injustamente un año, en Playas de Catazajá, al campesino chol Diego Arcos Meneses, vecino de los agredidos que había acudido a socorrerlos.
El gobierno salazarista salió de escena sin resolver el caso y el de su sucesor Juan Sabines Guerrero no ha mostrado avances significativos. A un año y cuatro meses del hallazgo de las osamentas, el Ministerio de Justicia de Chiapas sigue sin identificarlas ni dar a conocer los resultados de los exámenes forenses de ADN que, tras acaparar todas las evidencias, se comprometió a practicar.
Sin tanto rodeo, los familiares de los desaparecidos identificaron, por vestimenta y pertenencias, los restos de Pedro Núñez Pérez y Miguel Moreno Montejo. Además, los despojos estaban cerca del lugar de los hechos. Aún falta localizar a los otros dos.
El citado programa radial, a cargo de la organización ambientalista Maderas del Pueblo del Sureste, recordó este miércoles que “la masacre fue perpetrada en el marco de la campaña federal y estatal de despojo y despeje del territorio de la Selva Lacandona, operada a través de reubicaciones forzosas y desalojos violentos”.
Del lado de los agresores de Nueva Palestina hubo un muerto (Vicente Pérez Díaz) y un herido (Felipe Díaz López), “siendo éste el único detenido a la fecha como autor material confeso de los homicidios”, según el citado programa radial. Todo esto significa que, al cumplirse el segundo aniversario de la masacre, “los demás autores materiales, y sobre todo los autores intelectuales y los funcionarios cómplices continúan en la total impunidad”.

*Comunicado de la Comisión Civil de Observación sobre la masacre de Viejo Velasco Suárez:

* Pronunciamiento de la Comisión Civil de Observación a un año de la masacre de Viejo Velasco Suárez, 13 de noviembre de 2007:

* Liberación de  Diego Arcos por desistimiento de la acción penal, 6 de diciembre de 2007:



sábado, 7 de julio de 2007

Recordando la Masacre de Viejo Velasco Suárez IV


7 de julio de 2007
"Están trabajando en el norte del país", dijo el gobierno

Hallan restos en Chiapas, serían de dos desaparecidos

ELIO HENRIQUEZ
Ampliar la imagenEntre la hierba se encontró el cráneo que sería el de uno de los indígenas desaparecidos por una disputa de tierras en ChiapasEntre la hierba se encontró el cráneo que sería el de uno de los indígenas desaparecidos por una disputa de tierras en ChiapasFoto: Moysés Zúñiga Santiago
Ocosingo, Chis., 6 de julio. Integrantes de organismos no gubernamentales y pobladores de Viejo Velasco Suárez encontraron los restos óseos presuntamente de dos de los cuatro indígenas que desaparecieron el 13 de noviembre pasado, durante un ataque armado de comuneros del poblado Nueva Palestina por una disputa de tierras.
Diego Cadenas Gordillo, abogado del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, informó que los restos podrían pertenecer a Miguel Moreno Montejo y Pedro Núñez Pérez, porque en el lugar se encontró la ropa que llevaban puesta el día del enfrentamiento.
Con éstos sumarían seis indígenas muertos por el ataque referido, hecho del cual la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pidió un informe al gobierno mexicano y éste respondió que en Chiapas no había ninguna desaparición forzada y que los presuntos desaparecidos estaban trabajando en el norte del país.
La búsqueda de los desaparecidos se inició a petición de sus familiares, a falta de respuesta de las autoridades. En las labores participaron, además de las familias, miembros del Centro Fray Bartolomé de las Casas y de las organizaciones Xi'nich, y Salud y Desarrollo Comunitario.
Alrededor de las 8 horas de este viernes, en una empinada vereda que va de la comunidad Viejo Velasco Suárez a Nueva Palestina, en la selva Lacandona, los pobladores hallaron un cráneo y huesos que estaban entre hojas secas y lodo, así como ropa de las víctimas.
Ese camino fue utilizado para huir por los más de 300 comuneros de Nueva Palestina que atacaron a sus vecinos de Viejo Velasco, según Petrona Núñez González, sobreviviente del ataque, quien vio como su padre, Pedro Núñez Pérez, y su vecino Miguel Moreno Montejo, fueron asesinados cuando eran llevados por la fuerza.
Al rendir su declaración ministerial, la mujer mencionó el sitio aproximado donde ocurrió el crimen. Al lugar habría acudido personal de la fiscalía del estado, sin encontrar rastros de los cuatro indígenas.
Sin embargo, en la vereda que se abre entre el bosque y casi una hora después de haber partido a pie de la localidad de Paraíso, los miembros de la comisión se encontraron hoy con una soga con que los dos indígenas habrían sido llevados amarrados.
Además vieron un cráneo, dos huesos sacros, una pelvis, costillas y fémures, entre otros restos óseos, que se encontraban semiocultos entre la maleza en un área de entre 10 y 15 metros cuadrados.
"¡Ese era de mi papá!", exclamó Diego Moreno Vázquez al encontrar un cinturón negro con una vaina para guardar un puñal. "Yo lo conozco, mi papá siempre lo usaba para pelar naranjas, es un cinturón de mochila que él adaptó porque no tenía dinero para comprar otro", dijo.
Enseguida sacó de su morral una camisa café claro para compararla con otra que fue encontraba semienterrada y que era del mismo color, sólo que un poco desteñida. "Esta era de mi papá. Mi mamá las compró y nos dio una a cada uno", aseguró.
Junto a un cráneo estaban dos pantalones con sus respectivos cinturones, y tanto Diego como Gilberto Núñez González, hijo de Pedro Núñez, la otra presunta víctima, los reconocieron como propiedad de sus respetivos padres.
"Es evidente que la fiscalía no sólo no hizo la búsqueda eficaz de los desaparecidos, sino que ha querido fortalecer la hipótesis de que se habían ido al norte del país a trabajar", dijo Diego Cadenas.
El abogado indicó que hoy mismo se notificó del hallazgo a un agente del Ministerio Público con sede en Palenque, y más tarde se hará lo mismo con la CIDH.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2007/07/07/index.php?section=politica&article=015n1pol


8 de julio

Pide Centro las Casas identificar a indígenas muertos

ELIO HENRIQUEZ
Palenque, Chis., 7 de julio. Un agente del Ministerio Público y personal forense levantaron los restos y la ropa de dos indígenas presuntamente asesinados en noviembre pasado en el poblado de Viejo Velasco Suárez, municipio de Ocosingo, informó Blanca Martínez Bustos, directora del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas.
Tras el levantamiento, dijo, pidió a la Fiscalía General estatal que se realicen las pruebas de ADN para confirmar si los restos pertenecen, como se cree, a los indígenas Miguel Moreno Montejo y Pedro Núñez Pérez, quienes junto con otros hombres estaban reportados como desaparecidos desde el 13 de noviembre, cuando más de 300 miembros de la comunidad lacandona -de Nueva Palestina, principalmente- atacaron a los pobladores de Viejo Velasco Suárez, lo que dejó un saldo de cuatro muertos, entre ellos una embarazada.
Estos nuevos elementos serán agregados al expediente y lamentó que el Ministerio Público no haya elevado a averiguación previa la denuncia de la desaparición de los cuatro indígenas y la mantenga como "acta administrativa, siendo una violación grave a los derechos humanos y considerado delito de lesa humanidad".
Martínez Bustos informó que el personal de la fiscalía zona norte, con sede en esta ciudad, actuó "de manera diligente, ya que poco después de ser informado del hallazgo de los restos se trasladó "relativamente rápido" al lugar.
Explicó que el levamiento lo hicieron la tarde del viernes el agente del Ministerio Público Mariano Moreno Jiménez y dos peritos, quienes estuvieron acompañados sólo por familiares de las presuntas víctimas, por integrantes de la agrupación Xi'nich y de organismos no gubernamentales, así como del sacerdote jesuita Jerónimo Hernández.
"Les pedimos que no hicieran operativo con la policía por la seguridad de las comunidades (de la zona), porque la situación era tensa, y accedieron a que no fueran policías", dijo.
Lamentó que el levantamiento se hubiera hecho con "poco respeto para los familiares de las víctimas, pues los huesos eran aventados a una bolsa como cualquier otra cosa; fue poco respetuoso", aparte de que "hubo poca pericia para hacer el trabajo, ya que no se cuidaron aspectos que podrían servir para la investigación".
Recordó que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) "ha generado diferentes resoluciones acerca de que las familias puedan vivir el duelo de sus víctimas, como elemento sustancial para considerar un avance en la restitución mínima de derechos". Es por ello que solicitó que se realicen las pruebas de ADN para confirmar la identidad de las víctimas, y los familiares puedan enterrar los restos encontrados en el camino entre Viejo Velasco Suárez y Paraíso, ambas ubicadas en Ocosingo -en los límites de la reserva de Montes Azules-, pero relativamente cercanas a la ciudad de Palenque.
La directora del Fray Bartolomé de Las Casas comentó que la próxima semana enviará un informe a la CIDH para notificarle el hallazgo, y pedirle que exija al Estado mexicano que se investigue quiénes cometieron los crímenes y se busque a los otros dos indígenas que continúan en calidad de desaparecidos.